Ya no hay razón
Se escuchan a coro, alaridos y chillidos
de los inocentes padres
engendradores de pecados.
Y el éxtasis de las vírgenes
que se desvanecen
poco a poco
mientras el cielo grita: ¡SANGRE!
Mientras yo respiro ceniza.
Oh desdicha humana
que me limita solo a cuidar
de aquella infértil tierra baldía
proveedora de amargos frutos de soledad
regocíjense hilarantes orígenes
en los vientres de las mentes
que el olvido sagrado y que el orgullo arcano
que el viento porta consigo y me susurra al odio
que ya no hay razón para mirar atrás
que ya no hay razón para confiar.
Y no tengo idea de por qué la luz quema mis ojos.
de los inocentes padres
engendradores de pecados.
Y el éxtasis de las vírgenes
que se desvanecen
poco a poco
mientras el cielo grita: ¡SANGRE!
Mientras yo respiro ceniza.
Oh desdicha humana
que me limita solo a cuidar
de aquella infértil tierra baldía
proveedora de amargos frutos de soledad
regocíjense hilarantes orígenes
en los vientres de las mentes
que el olvido sagrado y que el orgullo arcano
que el viento porta consigo y me susurra al odio
que ya no hay razón para mirar atrás
que ya no hay razón para confiar.
Y no tengo idea de por qué la luz quema mis ojos.
Draconus.
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